Las calderas son equipos diseñados para producir calor a partir de la combustión de un combustible. Hoy en día existen calderas de gas y de gasoil. Dentro de esta clasificación existen las calderas de condensación, las cuales son más eficientes. A continuación explicaremos cuál es su funcionamiento.
Funcionamiento de una caldera de condensación
Las calderas de condensación, a diferencia de las convencionales, aprovechan el humo producido por la combustión. Este humo lo enfrían y así extraen el calor latente del mismo. De esta manera mejoran el rendimiento y nos permiten ahorrar en la factura del gas.
La caldera de condensación quema el combustible y genera calor para el circuito de calefacción por radiadores y para la producir agua caliente sanitaria. Como resultado de la combustión del gas se genera calor y se produce dióxido de carbono (CO2) y vapor de agua (H2O). Estos gases se condensan para aprovechar el calor latente de los mismos.
De esta manera obtenemos calor de dos formas. Primero por la combustión del gas y después por la condensación de los humos producidos. Las calderas convencionales dejan escapar los humos sin aprovechar la energía latente que queda, por lo que no son tan eficientes como las calderas de condensación.
Las calderas de condensación son muy eficientes
Tal y como hemos explicado anteriormente, las calderas de condensación son muy eficientes. Esto es debido a que aprovechan hasta el último momento toda la energía que pueden extraer del combustible que entra.
La alta eficiencia de las calderas de condensación, hacen que hayan ganado una gran popularidad en el mercado de la climatización. Tanto es así, que actualmente son las calderas más vendidas. Con el aumento de precios, lo más inteligente es apostar por un equipo muy eficiente que consuma poco.
Ventajas de una caldera de condensación
Las principales ventajas de una caldera de condensación son las referentes al consumo de combustible, la baja contaminación y la compatibilidad de ser instalada junto con sistemas solares. A continuación detallamos un poco más sus ventajas.
- La caldera de condensación puede mejorar el rendimiento hasta un 15%, comparándola con las convencionales.
- Las emisiones de óxido de nitrógeno y de dióxido de carbono se reducen hasta en un 70%. Por lo que mejoramos la calidad del aire de la atmósfera.
- La instalación de una caldera de condensación, puede darte beneficios fiscales relacionados con la mejora energética en los edificios. Además, dependiendo de la comunidad autónoma, puedes beneficiarte de una deducción de impuestos sobre los gastos.
- Gracias a su funcionamiento sin paradas, estas calderas son más silenciosas, por lo que no escucharás el ruido de encendido y apagado.